Historia de un campamento "lejano"
Texto recibido desde el G.S. San Pedro de Alcántara, perteneciente a ADE Mérida - Badajoz, al cual le agradecemos el resumen enviado de su campamento.
Historia de un campamento "lejano"
Todos conocemos aquello de que el scout hace posible lo imposible, pero muchas veces (la gran mayoría) hay que demostrarlo. Así pasó en la ADE Mérida-Badajoz y así nos lo cuenta Carlos Carpintero
Cuando por el mes de abril, los grupos scouts de toda España tienen ya fijados sus campamentos de verano y reservado el lugar para el mismo, dos grupos scout de la ADE Mérida-Badajoz, empiezan a pensar en el reto que les esperara para gestionar el campamento.
Todo sería normal si no es porque los grupos se encuentran en ciudades diferentes a 60 kilómetros de distancia y porque a principios de junio uno contaba con seis chavales y el otro con 17.
¿Merece de verdad la pena hacer un campamento con 23 chavales?
Aunque suene paradójico, esta pregunta no se nos paso por la mente a ninguno de los grupos. Mientras seguramente haya grupos con mas chavales que no piensen en realizarlo por la falta de medios, los grupos Scout San Pedro de Alcántara de Badajoz y el Grupo Scout Santo Ángel de Almendralejo, decidimos sacar adelante aquello en lo que creemos.
Otra de las dificultades que se superaron fue la de conseguir el dinero necesario para realizar el campamento, porque, al estar sendos grupos en barrios muy humildes el precio del campamento no podía ser mayor a 70€, y sin subvención ninguna y con tan pocos niños, ¿Tendríamos dinero suficiente para afrontar tal tarea?
Después de mucho trabajo buscando algún lugar para realizar el campamento, encontramos uno en Cáceres en Sierra de Gata, con una semana libre a menos de un mes del inicio.
Así el día 11 de Julio aterrizamos en el campamento los 30 acampados y 6 responsables.
Fueron pasando los días entre juegos y dinámicas, donde los chavales de los distintos grupos fueron congeniando y como decían ellos: haciéndose colegas.
Durante el penúltimo día de campamento nos llego una agradable visita, el párroco de San Pedro de Alcántara nos vino a ver, y esa misma tarde, celebramos en la naturaleza una muy emotiva eucaristía, en la cual se escaparon lagrimas con sabor a orgullo, alegría y la pizca de tristeza que te entra cuando ves que todo esto que hemos conseguido montar está llegando a su fin.
Todo acabó con mas lloros pero esta vez de alegría absoluta, en la posterior vela de armas y sus promesas el día siguiente.
Así, el 16 llegamos cada uno a nuestras respectivas ciudades con la cabeza bien alta pensando que por lejos que nos encontremos los grupos uno de otro, ya no seremos colegas sino AMIGOS
